Uno de los problemas más comunes en verano y que es objeto de numerosos conflictos en sede de las relaciones vecinales son los ruidos. El calor, con la consiguiente necesidad de mantener las ventanas abiertas, así como los sistemas de aire acondicionado, provocan inmisiones sonoras o de aire caliente que determinados vecinos se ven obligados a soportar.
La contaminación acústica es uno de los principales problemas que afectan a la calidad de vida en la sociedad actual. El ruido, cuando llega a ser contaminante, puede producir efectos nocivos tanto fisiológicos como psicológicos, alterando el sueño, el descanso y la concentración de las personas. Además, puede causar ansiedad, estrés e incluso problemas de salud.